La etiología y patogénesis de la Policondritis Recidivante actualmente no están claras.
Etiología:
Los posibles factores causales incluyen agentes infecciosos que comparten homología estructural con autoantígenos, como la proteína de choque térmico (HSP) 60 de Micobacteria tuberculosis y antígenos citoesqueléticos y nucleares intracelulares.
Se han registrado algunos casos de inicio de la enfermedad durante la aplicación de ciertos tipos de vacunas, incluida la vacunación contra COVID -19 de varias compañías farmacéuticas, vacunas contra la influenza e inclusive con el uso de Inmunoterapia Alérgeno-Específica (SIT) conocidas como “vacunas para la alergia”.
Además, el daño químico resultante del abuso intravenoso de fármacos desconocidos, el uso de sulfato de condroitina glucosamina o hidralazina o un traumatismo mecánico como la perforación de la aurícula cartilaginosa pueden desencadenar la progresión de la Policondritis al exponer antígenos recesivos del cartílago.
Patogénesis:
En algunas personas genéticamente susceptibles (como aquellas con mutaciones somáticas de HLA-DR4/HLA-B/HLA-DRB1/HLA-DQB1/UBA1), el sistema inmunológico puede generar autoantígenos (principalmente contra el colágeno y proteínas de la matriz del cartílago); además, muchas células inflamatorias, incluidos linfocitos, neutrófilos y macrófagos, están involucradas en el daño del cartílago.
Los linfocitos T, principalmente las células T CD4, son las células inflamatorias que infiltran la matriz del cartílago.
Bajo diferentes condiciones de estimulación, las células T CD4 se diferencian en células T colaboradoras 1 (Th1), Th2, Th17 y células T reguladoras (Treg).
En personas con Policondritis Recidivante, hay un aumento en el interferón (IFN)-γ (secretado por las células Th1 y como factor activador de macrófagos) proteína inflamatoria de macrófagos (MIP)-1, proteína quimioatrayente de monocitos (MCP)-1 (que recluta y activa monocitos/macrófagos), interleucina (IL)-8 (producida por monocitos/macrófagos activados) y una disminución en el número de células Th2 y Treg.
La Policondritis Recidivante tiene un perfil mediado por Th1, ya que los niveles séricos de interferón (IFN) -γ, interleucina IL -12 e IL-2 son paralelos en el origen y la actividad de la enfermedad, mientras que los niveles de citocinas Th2 no lo hacen.
Muchas células inflamatorias de la Policondritis están involucradas con su papel en la respuesta mediada por Th-1, incluyendo neutrófilos y linfocitos: células T CD4 + asesina natural (NKT), todas atacando al pericondrio y al cartílago.
Además de la producción de citocinas proinflamatorias, hay un aumento en la producción de autoanticuerpos debido a la infiltración de la matriz del cartílago por linfocitos B y células T CD8, así como apoptosis inducida por células T CD8.
A medida que la matriz del cartílago se degrada, el cartílago se destruye gradualmente. Posteriormente, el tejido elástico desaparece dando lugar a deformidades del cartílago.
Estos hallazgos muestran que la Policondritis Recidivante se inicia por un desequilibrio de las células Th1/Th2 y, por lo tanto, es una enfermedad asociada a Th1 con activación de macrófagos Th1.
La enfermedad comienza por un desbalance en el equilibrio del perfil Th1 y Th2, se inicia un aumento en el número de células Th1, posteriormente el reclutamiento de células inflamatorias y citocinas/quimiocinas, seguido de la producción de autoanticuerpos y la secreción de enzimas proteolíticas, en conjunto todos estos procesos conducen colectivamente a la apoptosis de los condrocitos y al daño del cartílago; En este proceso están implicadas tanto la inmunidad celular como la humoral.
Fuente: Yongmei Liu progreso y desafíos en el uso de biomarcadores sanguíneos en la Policondritis Recidivante 2023 Oxford Academic.
Diagnóstico
El diagnóstico de la Policondritis debe realizarse con base en una combinación de manifestaciones clínicas, examen de laboratorio, estudios de imagen y hallazgos histopatológicos. Actualmente, no existe un estándar de diagnóstico unificado para la Policondritis; además, las manifestaciones tempranas de la enfermedad en algunos pacientes no son específicas, lo que a menudo conduce a un diagnóstico tardío.
McAdam, Damiani–Levine y Michet desarrollaron criterios de diagnóstico correspondientes basados en las características clínicas de varios pacientes.
Es fundamental evaluar la actividad de la enfermedad y predecir la progresión de la enfermedad en pacientes con Policondritis.
Sin embargo, hay una falta de exámenes de laboratorio adecuados para definir el catabolismo activo del cartílago en pacientes con PR; además, no hay marcadores específicos para monitorear la actividad de la enfermedad.
La tomografía por emisión de positrones/tomografía computarizada (PET/CT) es una herramienta prometedora para el diagnóstico de la policondritis recidivante y su monitoreo durante la evolución de la enfermedad en la vida de las personas.
Fig.5 Una mujer de 44 años vista de cuerpo entero mostró múltiples focos de captación patológica del trazador en los cartílagos, lo que llevo al diagnóstico de PR Zeng, Y., Li, M., Chen, S. et al. 2019
El índice de actividad de la Policondritis Recidivante (RPDAI) se desarrolló en 2012 por el médico investigador francés Laurent Arnaud en conjunto con 26 expertos internacionales en Policondritis y permite estimar la gravedad de la enfermedad.
El RPDAI contiene 27 elementos y a cada manifestación clínica se le asigna un valor diferente.
Enlace al Índice de actividad de la Policondritis
https://reference.medscape.com/calculator/332/rpdai-relapsing-polychondritis-disease-activity-index
Subgrupos clínicos:
Actualmente, no existen estándares internacionales claros para la clasificación clínica de la PR; sin embargo, tres estudios han descrito las características clínicas y la clasificación de subgrupos de pacientes con PR en Francia, Japón y los EE. UU.